Cada noche
dos cuerpos entrelazados,
se abrazan.

Cada noche
se funden dos almas,
en un subliminal deseo.

Cada noche
dos espíritus se elevan,
para un acto culminar.

Viven y sueñan,
padecen y quieren,
pero por encima de lo terrenal,
son como dos seres
de lo celestial .

Sus vidas,
son un deseo en el tiempo,
que cada noche
esperan realizar.

Pero la luz del día
amenazan sus cuerpos,
con la triste realidad.

La de ser mortales,
y el tiempo,
tener final.

Autor: Manuel González Padrón