La danza mágica del amor
Tú, yo... y la música cómplice de la atracción. Ondula y mece nuestros cuerpos en mística armonía, entregados a la romántica y suave canción.
Tus manos fuertes, rozan imperceptibles mi cintura tímidas recorren el camino, de la espalda desnuda. Venciendo timidez... celebramos inconscientes el encuentro clandestino.
Me estrujan tus brazos, diciéndome que eres tú, quien domina y me dejo llevar... porque quiero. Tu perfume embriaga y la pasión germina.
No se si es amor... pero es grato sentir el fuego del deseo naciente... y el contacto de tus labios bebiendo, sedientos la piel húmeda sudorosa y agitada. suplicando, urgente.
Ya el baile cesó pero la danza ardiente, continúa. En tus ojos me pierdo hipnotizada entregada a la exploración insistente agresiva y cautivante que me hace sentir de nuevo, una mujer completa, completa y... deseada.
Te hundes en mi ser encontrando refugio volcánico en el sitio, donde la sangre fluye caliente, calcinando los sentidos.
En el supremo éxtasis juntos, en un beso y un quejido te siento y me sientes...
la danza ha concluído.
Pintura Central de: Edward Frederick Brewtnall
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