
Flores en el Cielo

Pálida lumbre agoniza al soplo azul de una quimera fuego que nunca será ceniza si, crece este amor, como una hoguera.
No podrá el viento con su fuerza ni toneladas de arenas ni ola crecida, perversa ni fantasma arrastrando cadenas.
Y el infinito deseo tembloroso que habita mi onírico mundo urge en las sombras, en acoso mortificando el anhelo profundo.
Ya no busco flores en el cielo ni ansío un collar de diamantes quiero tu respiración en mi pelo y sofocarme en tus brazos amantes.
19 septiembre 2001
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