Al caminar por las calles de Valencia, la brisa me pega en la cara y me arrebata las hojas que en mis manos descansaban, éstas danzan con el compas del viento, los árboles dejan caer sus hojas para unirse al balet.

Tras días de buscar incansablemente por toda Valencia, he decidido esperar hasta que "mi amigo" haga acto de presencia. En la noche del 22 de marzo de 1984, fue dejada frente a mi puerta una carta. El remitente, un tal Silva Alexander, me hizo entrega de unos papeles que contenían información de los sucesos acaecidos cerca del puerto de Valencia, El Grao.

Los cuerpos de dos hombres de avanzada edad, fueron encontrados con el cuello seccionado. La policía intenta adivinar donde se llevará acabo el siguiente incidente, pero es poco probable que lo consigan. Sin embargo Alexander ha dicho que sería en esta calle, a esta hora; creo que...

Ésta fue la última anotación del diario de Rubens Smith; las confirmaciones de Alexander eran ciertas. Aun no se encuentra a Silva y los homicidios continúan, me pregunto: ¿Quién será el siguiente?